09 Nov 2016

Crónica de tosantos

Definitivamente nos han llegado los verdaderos pespuntes

09 Nov 2016

juan-monzu

Definitivamente nos han llegado los verdaderos pespuntes del otoño; las nieblas, la lluvia serena y animosa, y el opaco gris que tiñe de tristeza los días y vigila,con su ojo de cíclope, el desconsuelo de las calles vacías. Se ha levantado el telón del equinoccio, el que iguala la noche con el día, el que honra al dios protector de la vegetación,Vertumno, que personifica el cambio.

Se ha levantado el telón de las bambalinas donde moran la creación y el entretenimiento;el telón que nos deja ver lo mejor y lo peor del rostro del ser humano, sus glorias, sus miserias y su capacidad para reírse de sí mismo, de los otros y con los demás. Tras el telón, la fuerza  de quienes han insuflado vida, desde el llanto y la risa, desde la farsa y la historia, a lo posible y lo imposible, a la mentira más verdadera y a la verdad más increíble.

Pespunteando una caliginosa calma, el otoño nos avecina aromas de un tiempo de ayer mismo, pero casi olvidado en la frágil memoria que nos adorna. A pesar de la casi desquiciada costumbre que se nos impone, sí o sí, de desdeñar lo que susurra ayer y tradición para prohibir los pasos que nos trajeron hasta hoy (o a nuestros padres),el otoño nos llevaa un tiempo con sabor a infancia, cuando a casi nadie se le ocurrían peregrinos significados porque el aburrimiento mental no era una opción entre las necesidades.

Ese pespunte de niebla con el que el otoño nos matizó el horizonte una mañana, me pareció el reflejo de otros modos y otras maneras, un sendero hacia un momento dehigos pasos, castañas y nuecesque, luciendo canas, asoma a la memoria y al recuerdo por encima de regímenes, ideas, ideales e ideologías, y cohabita enel trasterode los años, al rumor del recuerdo.

Pero nos están acostumbrando a escribir un ayer tan particular y tan a marchas forzadas, quellegará el momento en que a más de uno le suceda como al protagonista del apotegma de Ramón Gómez de la Serna – Tenía tan mala memoria que se olvidó de que tenía mala memoria y se acordó de todo – Y, entonces, no se reconocerá entre sus iguales.

Por encima de los equinoccios y las musas, todo sigue siendo esa farándula que unos pocos redentores de nada vienen dibujando a capricho, y con la que cada día nos cruzamos sin reconocerla; la indiferencia de los poderes y los poderosos ni cambia ni se matiza, la soledad de los desposeídos no alivia su desamparo, el olvido de los ignorados no descansa y la indolencia de los mediocres no abandona, a pesar de las lluvias liberadoras de malos humos y contrariedades.

Parece que la capacidad de discernir, que nos convierte en humanos, y la de respetar, las hubiéramos perdido arrastradas por un torrente descontrolado de lodos, formados por pequeñas lluvias sin importancia que quieran convertirse eninsaciables corrientes innovadoras y regeneradoras.

Se fueron las nieblas y volverán los soles amarillentos y blanquecinos, pero los primeros bostezos del otoño, me trajeron un recuerdo de tosantos y chaquetía, y acerqué mi memoria al pasado que viví, el que escribió algún renglón torcido de mi presente, para acercarme al recuerdo de quienesya cruzaron la laguna Estigia, la que lo borra todo, convertidos en memoria y pasado que recordar, haciéndolos presente.

Por encima de modas, modismos, novedades y maniobras para cincelar y anular el pasado, incluso en este tiempo, como dijo don Antonio Machado,

Ni el pasado ha muerto//ni está el mañana//ni el ayer, escrito.

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