Historia de Puebla de la Calzada
Puebla de la Calzada desde el corazón de la Historia a la rica realidad de su Presente
Introducción a su Historia: la “Villa de Puebla de la Calzada”
Quien visita Puebla de la Calzada se adentra en una de las arterias principales por las que corre la Historia desde el mismo corazón que se configura en las Vegas Bajas del Guadiana y que está perfectamente situada en las tierras emeritenses para decirle precisamente al visitante que forma parte de ese pasado desde el mismo Imperio Romano siendo parte integrante de aquel rico periodo histórico por las dos de las principales vías de comunicación dentro de la calzada que unía Augusta Emerita (Mérida) con Olissipo (Lisboa). Y de las que posteriormente hablaremos.
Puebla de la Calzada desde los primeros asentamientos humanos hasta la romanización: Del Calcolítico a la civilización latina: 3000 a.C. al 25. a.C.
La presencia humana en la zona en torno a la comarca que hoy conocemos bajo el nombre de Lácara y en la que se encuadra Puebla de la Calzada, nos remonta por la aparición de objetos y restos arqueológicos que nos hablan de sus manifestaciones a los tiempos prehistóricos, afirmación que en la actualidad está demostrada por una amplia historiografía que permite autorizar y hablar de las mismas para estos periodos que se recogen en el título: Calcolítico a la Romanización. Viajar a la zona comarcal de Puebla de la Calzada es pisar el mismo territorio que fue habitado por el hombre de esa época, siempre siendo capaz de hacer el requerido ejercicio de la visión actual tan particular. Utilizando la terminología que clasifica de manera tradicional el tiempo histórico, hemos de remontarnos a periodos muy cercanos a un amplio momento comprendido entre la Prehistoria y la Historia Antigua. Toda la zona que actualmente entendemos bajo los dominios naturales de los ríos Guadiana, Alcazaba y Lácara (entre los que se ubica la localidad de Puebla de la Calzada), sirven de manera excepcional para que el viajero que se acerca a nuestra Villa, note con los restos existentes en los respectivos museos arqueológicos provincial de Badajoz y nacional de Mérida estos primitivos momentos. Siempre tendrá el visitante en su mente que se está moviendo por un territorio totalmente diferente al primitivo desde la actualidad y por medio de una visión general del paisaje que contempla y que en ella han quedado a través de sus restos arqueológicos de los que nos hablan autores como Germán Rodríguez o Víctor Chamorro para el Paleolítico Inferior, especialmente en objetos líticos expuestos museológicamente -en los ya citados anteriormente a escasos minutos de la villa- pero sobre todo dentro lo que ha sido conocido como zona en la que se desarrolló la cultura de los guijarros (herramientas en piedra) por las proximidades de ríos como el actual Guadiana. Puebla de la Calzada se encuentra en un enclave que nos adentra en un paraje que es sugerente para poder establecer desde nuestra localidad bellas rutas que llevan a visitar en coche a poco más veinte minutos al acceso dentro de las manifestaciones artísticas rupestres de la Sierra de San Serván y a la vez poder conocer el fenómeno del megalitismo que perduró casi un milenio produciendo fenómenos tan extraordinarios como los monumentos funerarios del conocido dolmen de Lácara a poco más de una hora desde Puebla de la Calzada. En ocasiones, con capacidad de poder captar y concretar el susodicho espacio que hoy llamamos Puebla de la Calzada y para en otros momentos exclusivamente poder aproximarnos a los mismos, nunca utilizaremos desde la metodología histórica el recurso de refugiemos en las recurrentes expresiones que hasta hoy se venían basando en la “falta documentación, no existen pruebas, estamos ante un período oscuro, etc.”. Jamás seremos partidarios de utilizar en historia la designación a una época o momento como de periodo oscuro, por el mero hecho de que pudiéramos desconocer o no tener información al referido periodo histórico. Por tanto, hoy por hoy podemos ofrecer claramente que la villa de Puebla de la Calzada, por estos diversos motivos entre los que destacan igualmente el sustento 3 histórico en sus fuentes arqueológicas-epigráficas, paleográficas-documentales, orales o de cualesquier otra, siempre procedentes de las ciencias auxiliares de la Historia, una localidad que es garantía de estar en un paisaje que para nada, como lamentablemente se ha venido señalando hasta hace poco, procedente de periodos oscuros y por tal casi inexistentes. La riqueza del asentamiento desde época calcolítica como periodo de transición entre el Neolítico y la Edad de los Metales está presente en la zona ocupada posteriormente como Puebla de la Calzada como parte de toda la cuenca media del Guadiana. Afirmamos que somos sabedores de una presencia en la Prehistoria -el calcolítico- que se extiende aproximadamente entre los años 3.000 y el 1.700 antes de Cristo y que además significa hablar de la Edad del Cobre, también conocida como Eneolítico especialmente al tener en cuenta que el actual municipio se encuentra en una zona de perfectas características para el asentamiento humano: El Pedregal, El Encinar, Los Caleños (término de Torremayor) o Torreáguila (zona de Barbaño), todos los cuales están situados a escasos minutos de Puebla de la Calzada como lo demuestra esta última, Torreáguila, prácticamente como parte de la misma romanización en la que entró nuestra Villa. Pero fue sin duda la llegada del mundo romano a la península ibérica (218 a.C.) la que abrió la puerta para que Puebla comenzara a adquirir un nombre propio en la historia de la romanización y como ya hemos indicado al principio, formara parte de las calzadas que unían la capital de Augusta Emerita y Olissipo (Lisboa). Así entendemos que en torno a estas vías de comunicación, comenzaran a aparecer toda una red de asentamientos -la gran mayoría hoy o bien desaparecidos o por investigar- los cuales algunos de ellos se transforman en esta época romana aunque de forma tardía, en villas, siendo la zona de Puebla un lugar perfecto para el tratamiento del hombre con la tierra.

Eran las calzadas denominadas Alio itinere ab Olisipone Emeritam y Item alio itinere ab Olisipone Emeritam que, saliendo desde el actual río Albarregas y continuando por el margen derecho del río Ana (actual Guadiana), caminaba hacia la capital lusa cruzando Torremayor, Puebla de la Calzada (de aquí su actual nombre), Novelda del Guadiana donde se bifurcará para dirigirse al mencionado lugar de destino.
Serán unas de las fuentes históricas primordiales para el conocimiento de la historia de Puebla de la Calzada las conocidas fuentes pertenecientes al siglo XIII las que nos hablan de la existencia en el momento de asentamiento de población leonesa en esta zona, que parte de la calzada seguía intacta en esos momentos y por tal era visible el sistema de construcción del afamado sistema de comunicación romana: “realizadas las calzadas de terraplén y rollos pequeños”.
Puebla de la Calzada es una de esas villas que podemos considerarla imprescindibles para entender el pasado de toda esta Comarca, analizando su rico devenir en el tiempo y adentrarnos de su mano para llegar a un presente que se insinúa amable y próspero con el futuro. No tratamos en este espacio de realizar un simple relato de hechos precisamente “de ese pasado” por rellenar unas líneas o querer únicamente aparentar un atractivo sino porque Puebla de la Calzada merece indudablemente ser conocida.
Si queremos enriquecernos poco a poco de este espacio físico y temporal del que se irá dando cuenta el visitante, observaremos que estamos tratando la vida de unos hombres que bajo el prisma de una ardua y concienzuda investigación actual desde el momento de su aparición, Puebla de la Calzada comienzan a configurarse en lo que se conoce en estos como una bella localidad que se queda lejos de un enojoso ejercicio memorístico al hablar de su geografía, de su historia, de sus costumbres y fiestas al tener una fuerte identidad como Villa.
Lo hace la cercana villa de Torreáguila (año 25 d.C.) (insistimos a escasos minutos de Puebla de la Calzada), que llega a ser calificada en nuestro término como colonia pues llega a no ser una única villa sino la unión de varias (con una larga vida desde el siglo I d.C. al VIII con la invasión musulmana). Es así como el visitante a Puebla de la Calzada tampoco puede dejar de conocer que se encuentra en una zona donde entre la propia calzada que le da nombre y la villa roma de Pesquero (actual Pueblonuevo del Guadiana), se encuentra una posible antigua residencia de algún alto dignatario romano aunque hablamos de una zona que ha dado a la historia restos arqueológicos mucho más antiguos que de época romana con hallazgos de materiales cerámico pertenecientes a periodos ofrientalizante (procedentes de Oriente) y datados sobre el siglo IV a.C. para que, con la colonización romana, la zona vuelva a ser ocupada.
El siglo I d.C. tiene aún mucho que explicar sobre Puebla de la Calzada, dentro del propio término de la localidad. Restos arqueológicos, prospecciones de áreas y zonas que se adentra en el propio caso urbano deberán en un futuro ser estudiados para quedar siempre a la historia como la gran protagonista de una localidad abierta a la renovación y al avance en el conocimiento de su pasado.
La Edad Media. Nace el Concejo de Puebla de Mérida y Puebla de la Calzada. Entre los conceptos de aldea y municipio. Siglos XIII-XV
Son las fuentes documentales provenientes de la llamada Orden de Santiago la que nos ocupan los siguientes capítulos de la Historia para Puebla de la Calzada donde comenzarán a surgir un interesante núcleo de poblaciones entre las que destacarán agrupaciones humanas, aldeas y futuras villas.
Algunas de ellas no permite diseñar unas teorías historiográficas que señalan por parte a esta orden militar santiaguista como encargada desde la encomienda emeritense del territorio recién conquistado por el rey Alfonso IX de León en el año 1230, de ser uno de los claro motivos del nacimiento y del origen de Puebla de la Calzada en torno a las aldeas del Rubio, Torrefresno y Carazo (léase para ello el trabajo publicado en el Boletín Mensual de Cronistas Oficiales de Extremadura, ACROEX Marzo, 2025, titulado Ruptura y desequilibrio de poderes en Puebla de la Calzada. La ocupación de la tierra y su asentamiento: siglo XII-XIV. 1ª Parte).

Para entender de forma correcta aunque obviamente desde este espacio de manera bastante superficial el nacimiento y origen de Puebla de Mérida, tenemos que ser capaces de conjugar una serie de elementos dependientes de la Paleografía es decir, de una de esas ciencias auxiliares de las que hemos hablado anteriormente y que se encargan del estudio de escritura antigua, concretamente y en referencia a nuestra localidad para los siglos XIV al XVII donde nos encontramos con documentos antiguos (se sobreentienden antes del nacimiento de la imprenta en el siglo XV), pero que abarcarán igualmente expedientes posteriores a este acontecimiento.
La presencia humana en la zona en torno a la comarca que hoy conocemos bajo el nombre de Lácara y en la que se encuadra Puebla de la Calzada, nos remonta por la aparición de objetos y restos arqueológicos que nos hablan de sus manifestaciones a los tiempos prehistóricos, afirmación que en la actualidad está demostrada por una amplia historiografía que permite autorizar y hablar de las mismas para estos periodos que se recogen en el título: Calcolítico a la Romanización. Viajar a la zona comarcal de Puebla de la Calzada es pisar el mismo territorio que fue habitado por el hombre de esa época, siempre siendo capaz de hacer el requerido ejercicio de la visión actual tan particular. Utilizando la terminología que clasifica de manera tradicional el tiempo histórico, hemos de remontarnos a periodos muy cercanos a un amplio momento comprendido entre la Prehistoria y la Historia Antigua. Toda la zona que actualmente entendemos bajo los dominios naturales de los ríos Guadiana, Alcazaba y Lácara (entre los que se ubica la localidad de Puebla de la Calzada), sirven de manera excepcional para que el viajero que se acerca a nuestra Villa, note con los restos existentes en los respectivos museos arqueológicos provincial de Badajoz y nacional de Mérida estos primitivos momentos. Siempre tendrá el visitante en su mente que se está moviendo por un territorio totalmente diferente al primitivo desde la actualidad y por medio de una visión general del paisaje que contempla y que en ella han quedado a través de sus restos arqueológicos de los que nos hablan autores como Germán Rodríguez o Víctor Chamorro para el Paleolítico Inferior, especialmente en objetos líticos expuestos museológicamente -en los ya citados anteriormente a escasos minutos de la villa- pero sobre todo dentro lo que ha sido conocido como zona en la que se desarrolló la cultura de los guijarros (herramientas en piedra) por las proximidades de ríos como el actual Guadiana. Puebla de la Calzada se encuentra en un enclave que nos adentra en un paraje que es sugerente para poder establecer desde nuestra localidad bellas rutas que llevan a visitar en coche a poco más veinte minutos al acceso dentro de las manifestaciones artísticas rupestres de la Sierra de San Serván y a la vez poder conocer el fenómeno del megalitismo que perduró casi un milenio produciendo fenómenos tan extraordinarios como los monumentos funerarios del conocido dolmen de Lácara a poco más de una hora desde Puebla de la Calzada. En ocasiones, con capacidad de poder captar y concretar el susodicho espacio que hoy llamamos Puebla de la Calzada y para en otros momentos exclusivamente poder aproximarnos a los mismos, nunca utilizaremos desde la metodología histórica el recurso de refugiemos en las recurrentes expresiones que hasta hoy se venían basando en la “falta documentación, no existen pruebas, estamos ante un período oscuro, etc.”. Jamás seremos partidarios de utilizar en historia la designación a una época o momento como de periodo oscuro, por el mero hecho de que pudiéramos desconocer o no tener información al referido periodo histórico. Por tanto, hoy por hoy podemos ofrecer claramente que la villa de Puebla de la Calzada, por estos diversos motivos entre los que destacan igualmente el sustento 3 histórico en sus fuentes arqueológicas-epigráficas, paleográficas-documentales, orales o de cualesquier otra, siempre procedentes de las ciencias auxiliares de la Historia, una localidad que es garantía de estar en un paisaje que para nada, como lamentablemente se ha venido señalando hasta hace poco, procedente de periodos oscuros y por tal casi inexistentes. La riqueza del asentamiento desde época calcolítica como periodo de transición entre el Neolítico y la Edad de los Metales está presente en la zona ocupada posteriormente como Puebla de la Calzada como parte de toda la cuenca media del Guadiana. Afirmamos que somos sabedores de una presencia en la Prehistoria -el calcolítico- que se extiende aproximadamente entre los años 3.000 y el 1.700 antes de Cristo y que además significa hablar de la Edad del Cobre, también conocida como Eneolítico especialmente al tener en cuenta que el actual municipio se encuentra en una zona de perfectas características para el asentamiento humano: El Pedregal, El Encinar, Los Caleños (término de Torremayor) o Torreáguila (zona de Barbaño), todos los cuales están situados a escasos minutos de Puebla de la Calzada como lo demuestra esta última, Torreáguila, prácticamente como parte de la misma romanización en la que entró nuestra Villa. Pero fue sin duda la llegada del mundo romano a la península ibérica (218 a.C.) la que abrió la puerta para que Puebla comenzara a adquirir un nombre propio en la historia de la romanización y como ya hemos indicado al principio, formara parte de las calzadas que unían la capital de Augusta Emerita y Olissipo (Lisboa). Así entendemos que en torno a estas vías de comunicación, comenzaran a aparecer toda una red de asentamientos -la gran mayoría hoy o bien desaparecidos o por investigar- los cuales algunos de ellos se transforman en esta época romana aunque de forma tardía, en villas, siendo la zona de Puebla un lugar perfecto para el tratamiento del hombre con la tierra.
Puebla de la Calzada como Concejo en la Edad Moderna: Siglos XVI-XVII-XVIII
Es sin duda uno de los momentos más ricos dentro de la apasionante historia que ofrece Puebla de la Calzada pues no solo va a pasar de la unicidad de aldeas de carácter medieval -nombradas y en proceso actual de investigación- sino que además comenzará a nacer como Concejo con el nombre de sus primeros ediles, circulando y transitando en el amplio y rico espacio del siglo XVI histórica-artísticamente personajes de gran importancia como escultores de la talla de Estacio de Bruselas o pintores como Luis de Morales.
Además nos inmiscuimos en el profundo proceso de desmembración y venta de los territorios que configuraban la encomienda emeritense de manera que, adquirirá el rango de villa a partir del reinado de Felipe II (1556-1598) en el año 1575, a pesar de las paralizaciones jurídicas que tuvo que sufrir y que pudieron hacer de Puebla de la Calzada uno de los primeros lugares en ser vendidos tras enajenarlos de la encomienda emeritense, paralizaciones que frenaron dicha venta en los años 1524 a 1528 y de 1570 para finalmente ser una realidad en el año 1574. Así pasó a ser y tener una entidad propia, un carácter de personalidad histórica con trascendencia, perteneciendo al marquesado de Villanueva del Fresno, pues es en el año indicado, cuando es vendida a la marquesa doña María Enríquez al comprarla hace que favorablemente pierda el carácter de aldea para pasar a villa.
Nombres propios en Puebla de la Calzada adquirirán fueron primeros alcaldes documentados y que a su vez nos dicen que existe Concejo (que tiene gobierno propio civil), como lo demuestra poseer alcalde, regidor, mayordomo, escribano público y procurador, pudiendo igualmente denominarla localidad con Ayuntamiento (más propio de la modernidad histórica con la idea de personas que gobiernan porque son ayuntadas para ello en nombre del “ayuntamiento”), como ocurre en el caso de Puebla de la Calzada al tenerse como tal ya a inicios del siglo XVI, incluso con cargos como el de juramentados (Sancho González y Hernando Gragera), es decir, personas que había prestado “juramento para desempeñar un cargo público o una función oficial vinculada al antedicho ayuntamiento.
Sabemos de un concejo ya formado en el año 1508 y que posteriormente se ocupan con nombres como el de Juan Esteban Bajarano o regidores como Gómez Hernández y mayordomo Juan González, Martín de Castillo como escribano público y Juan Sánchez, como procurador. Terminaban de componer este Concejo en el primer tercio de un siglo, el XVI, que contó con un total de 184 vecinos en el año 1594 en un ascenso de finales de la Centuria anterior (1494) de 36 vecinos es decir que hablamos en habitantes de 180 habitantes a finales de la Edad Media a, 920 terminando el primer siglo de los Tiempos Modernos.
Puebla de la Calzada tiene en su historia un capítulo importantísimo en el protagonismo de la colonización del Nuevo Mundo entre los años 1535 y 1595 (Las Indias Occidentales, América), con la presencia nada más y nada menos que de un total de 42 individuos que abandonan su espacio natural para viajar a lugares como Veragua (que hoy corresponde a una parte de Panamá y Costa Rica), México que fue Virreinato, Nueva España (que incluía no solo lo que hoy es México sino también parte de los Estados Unidos y lugares de Centroamérica), Nueva Galicia y Tepaca que igualmente fue Virreinato (hablaríamos de lo que es Jalisco, Nayarit, Aguascalientes, Zacatecas y partes de Colima y Durango) y como no, poblachinos viajaron a finales del siglo XVI, en el año 1595 a Filipinas.
La desmembración de la Orden de Santiago y la venta de Puebla de la Calzada por el rey Felipe II: 1575
El proceso de enajenación (separación) de la Mesa Maestral de Mérida que controlaba socio-económica y jurídicamente Puebla de la Calzada desde el siglo XIII para su posterior venta ya en tiempos de Felipe II (1556-1598), comienzan como podemos comprender con licencias, autorizaciones y bulas eclesiásticas. Las primeras autorizaciones pontificias para el control de la Monarquía de todo lo referido a las órdenes militares comenzarán a llegar a la corona española a partir del 20 de septiembre del año 1529 cuando el papa Clemente VII (1523-1534), firma la bula a través de la cual daba licencia para desmembrar y apartar algunas villas entre las que se encontraban por ejemplo Puebla de la Calzada. La bula incluía castillos, fortalezas, jurisdicciones de vasallos, montes, bosques y otros bienes inmuebles. Además de lo perteneciente a la mesa maestral -en nuestro caso la mesa maestral de Mérida- y de las encomiendas, la cantidad que se alcanzó llegó a los 40.000 ducados de renta: 20.000 de ellos de la mencionada mesa maestral y los otros 20.000 ducados de las encomiendas. Hablamos de un dinero que va destinado a las arcas de la hacienda real y que se constituye en una de las formas que la Corona ideo para obtener un dinero que pudiera sanear una hacienda inexplicablemente desgastada que por muy excesiva que fuese su política imperialista y centralista, en estos momentos, había diversos cauces por lo que la misma Corona recibía fuertes cantidades de ingresos, como los que por ejemplo llegaban 8 en metales preciosos desde Las Indias Occidentales y que pudieron -como afirma una amplia historiografía sobre el tema- haber cambiado radicalmente la estructura del Estado y no caer, como de hecho lo hizo ya en tiempos de Felipe III (1598-1621), en las primeras bancarrotas. Es muy importante poder ir conociendo todo este proceso para entender en esta zona (como en el resto de corona castellana) el papel que van adquiriendo tanto Paulo III como Felipe II pues el 10 de enero del año de 1548 una breve papal al rey español le autorizaba poder tomar bienes de las órdenes hasta una cantidad de 40.000 ducados de renta. Imaginemos la importancia que tendrá para la Corona, territorios como es el caso que nos centra y que debemos conocer sobre la historia de Puebla de la Calzada.

Doña María Enríquez, Marquesa de Villanueva del Fresno compra Puebla de la Calzada en el año 1575
Socialmente tuvo unas consecuencias considerables y nos lleva a una clara afirmación que ha sido desde el punto de vista historiográfico ampliamente defendida y cuya línea de investigación hemos de hacernos ahora eco ahora y aquí. La venta y adquisición de lugares como Montijo o Puebla de la Calzada demuestra que desde este punto de vista social, nacen y crecen nuevos señoríos, ahora nobiliarios, que permiten de manera clara reseñar que el Antiguo Régimen señorial, antaño de sabor medieval, jamás desaparece con la entrada de la época Moderna todo lo contrario, siente un fuerte empuje.
Familias que ya venían encumbradas desde hacía mucho tiempo, como por ejemplo los marqueses de Villanueva del Fresno de la familia Portocarrero, extienden claramente sus dominios. Montijo había sido anteriormente desmembrado y vendido a D. Pedro Portocarrero en abril de 1550; ahora, el 17 de abril del año 1575 le tocaba a Puebla de la Calzada para que fuese Dª. María Enríquez, marquesa de Villanueva del Fresno, mediante un asiento acordado y concertado el 9 de febrero de ese mismo año, vendida por el valor de 37.500 maravedíes por cada millar de renta, más 14.000 maravedís por vasallo, por razón de vasallaje, jurisdicción y oficio del dicho lugar (dato tomado del Archivo Histórico General de Simancas. Sección: Mercedes y Privilegios. Legajo 320, fol. 22.).
Puebla de la Calzada con la familia del marquesado de Villanueva del Fresno o la propia familia de los Portocarrero, los cuales a la altura del año 1580 ya habían adquirido Barcarrota, Montijo y Puebla de la Calzada, aunque Montijo sería separada pronto de la rama principal de los Portocarrero (véase el estudio titulado La política económica de los Reyes Católicos en la Orden Militar de Santiago: la Mesa Maestral en la encomienda de Mérida: 1494-1556 de Pablo Iglesias Aunión en “Homenaje a Isabel la Católica en el V Centenario de su muerte”; XXXIII Coloquios Históricos de Extremadura, 2005; págs. 253-280).
Lugares bajo un linaje que en ningún momento suponía que un pueblo, villa, aldea o territorio perteneciese a otro siendo de una misma familia, sino que pasaba a agrandar el señorío y las posesiones de la misma. Se van creando los llamados mayorazgos, los cuales pasan al primogénito de manera que éstos son amortizados es decir que no pueden ser vendidos, divididos o enajenados pero que funcionan con independencia unos de otros.
Por tanto, las miras de la actual historiografía colocan en su justa medida y en su sitio lo que cada lugar tiene o debe tener adecuándose en el ámbito de la realidad de un ducado, señorío o mayorazgo. Es en una segunda rama creada dentro de la familia Portocarrero, encabezado por el mayorazgo bajo la titularidad de Dº. Cristóbal Osorio Portocarrero, tercer hijo del primer marqués de Villanueva del Fresno Dº. Juan Portocarrero, hacia donde pasarán tanto Montijo como Puebla de la Calzada (por orden cronológico), pero nunca desde una visión de pertenencia o subyugación de la segunda -Puebla de la Calzada- al primero -Montijo- sino bajo un mismo mayorazgo pues los señoríos quedan generalmente diluidos en los primeros, por muy Puebla del Montijo que en algunos documentos aparecen y que tienen su propia explicación dependiendo del momento en el que aparece, recodemos que a inicios de la formación de la Encomienda de Mérida era nombrada como Puebla de Mérida.
Como complemento a este proceso de breves y bulas que llegan desde Roma, conviene aclarar para poder entender con exactitud el núcleo temático del presente estudio, que de manera muy breve (profundizar en ello nos llevaría a ocupar un espacio que precisamente ahora nos el exclusivo para ello), gracias a una amplia información bibliográfica generada por interesantes estudios, conocemos más a aquellos grupos privilegiados que durante el Antiguo Régimen generaban sus mecanismos institucionales surgidos entorno a ellos.
En el tema referente a Puebla de la Calzada su historia no puede dejar de mirar hacia otro lado y decirnos que hablamos de una localidad de la que tenemos que ir haciendo notar la diferencia que ya resalta ante un señorío de la Corona que lo estamos viendo desde el momento en que ésta -la Corona- se hace con el dominio de las órdenes militares, de un mayorazgo de la Edad Moderna
Los grandes conflictos en el siglo XVII: La Guerra con Portugal: 1640-1668
Pero indudablemente si hay un episodio que todo poblanchino, lector, visitante o conocedor de la historia de Puebla de la Calzada debe tener retenida en su memoria en la época Moderna es la llamada quema de Puebla de la Calzada que tuvo lugar en el año 1644 fruto de la Guerra de Restauración portuguesa (1640-1668), conflicto en que se enfrentaron Portugal y la España de Felipe IV tras la independencia lusa (puede leerse referencias a este acontecimiento en obras titulada Historia de la Comarca de Lácara. Del Medievo a los Tiempos Modernos, años 2000 y 2001; Historia, fe y religión en Nuestra Señora de Barbaño. Piedad y Religiosidad Popular en Montijo (año 1999) y en diversos trabajos presentados en los Coloquios Históricos de Trujillo, de Pablo Iglesias Aunión).

Reproducción en cerámica de la «batalla del Montijo» fruto de la cual Puebla de la Calzada quedaría prácticamente destruida.
El ejército portugués, acampado cerca de la localidad sometió a Puebla de la Calzada al pillaje y la destruyó casi por completo incluyendo la quema de viviendas y la desaparición de archivos eclesiásticos y civiles. El por qué de este recurso de quemar la documentación o de hacer desaparecer los archivos tanto civiles como especialmente los parroquiales (que conllevaba en muchas ocasiones el expolio y la destrucción como pudo ser del fabuloso Retablo Mayor de la iglesia parroquial al que posteriormente referenciaremos), no es por el único deseo de una afán destructivo -que obviamente también- y que igualmente hicimos los españoles en incursiones portuguesas.
En estos siglos era la manera literal de borrar la memoria de un pueblo es decir, destruir el único testigo de la historia social e individual, en este caso de Puebla de la Calzada: no quedan registros sacramentales (bautismo, matrimonio, defunciones) por ejemplo de la localidad, no se puede averiguar nada del pasado de esas personas ni acreditar referencias a acontecimientos anteriores, de ahí el vacío documental que existe en algunos archivos.
Este ataque se produjo en el contexto de la Batalla de Montijo, librada en mayo de 1644, en la que las fuerzas portuguesas obtuvieron una victoria significativa sobre las tropas españolas. La destrucción de Puebla de la Calzada fue parte de una serie de incursiones militares portuguesas en la región, que también afectaron a localidades cercanas como Talavera la Real, donde se registraron saqueos y quema de viviendas. La quema de Puebla de la Calzada tuvo un impacto devastador en la comunidad, borrando gran parte de su historia y patrimonio material. A pesar de ello, la villa logró reconstruirse con el tiempo.
La llegada del llamado siglo de “Las Luces”. Puebla de la Calzada en el siglo XVIII

El eterno problema el aprovechamiento de las tierras comunales. Puebla de la Calzada lo vivió judicialmente con Mérida desde el siglo XVI al XX.
Quizá sea uno de los capítulos menos conocidos de la historia de Puebla de la Calzada y podríamos atrevernos a decir que para toda la comarca emeritense. El llamado pleito por el aprovechamiento de las tierras comunales que diversas localidades entre las que obviamente está Puebla de la Calzada -y que ahora queremos darlo a conocer- con la ciudad de Mérida entabla en el siglo XVI y dura prácticamente hasta finalizar la IIª República en torno a 1936 -realmente no se llegó nunca a solucionar- donde se dirimía el derecho al aprovechamiento de una serie de tierras comunales que no serían desamortizadas hasta el siglo XIX concretamente con las leyes del Ministro de Hacienda de Isabel II, Pascual Madoz el 3 de mayo de 1855, pero no por ello el mencionado pleito se paralizó, a pesar de que la ley ponía en pública subasta la venta de todos los bienes rústicos y urbanos pertenecientes al Estado, la Iglesia, los municipios, las órdenes militares, las cofradías y obras pías -que afectarían a Puebla de la Calzada también-.
A lo largo del amplio proceso jurídico los pueblos involucrados a los que podríamos llamar, en expresión más moderna, mancomunados como los casos de Puebla de la Calzada, Montijo, Carmonita, Carrascalejo, Talavera, Lobón o Esparragalejos, por citas algunos lugares, siempre obtuvieron desde la legalidad un resultado a su favor pero nunca respetado por Mérida, por lo que el pleito se prolongó como hemos indicado a lo largo de los siglos. Es curioso que actualmente nuestras localidades “callen” o tengan olvidado en parte este interesante capítulo de su historia local.
Puebla de la Calzada no lo quiere hacer así y lo reclama para el público conocimiento desde esta sección histórica de la Web oficial del su Ayuntamiento (para un mejor conocimiento de este interesante episodio que protagonizó Puebla de la Calzada junto a otras localidades es conveniente leer el trabajo de P. Iglesias Aunión titulado Estructura y propiedad de la tierra en la primera mitad del siglo XIX: los efectos de la Desamortización liberal en la comarca emeritense. XLIII Coloquios Históricos de Extremadura. Dedicados a Luisa de Carvajal y Mendoza en el IV Centenario de su muerte: Trujillo, del 22 al 28 de septiembre de 2014, 2015; págs. 215-238).
El siglo XVIII fue igualmente interesante para Puebla de la Calzada y además es un elemento que le da una gran alza en la importancia de nuestra localidad dentro de la historia comarcal el que la Villa estuviera sujeta a las ordenanzas y regulaciones concejiles que en este siglo además fueron fuertemente reforzadas desde los aparatos estatales.
Obviamente no podemos en este espacio analizar dichas ordenanzas y regulaciones concejiles pero si nos sirven para saber que Puebla de la Calzada desde que se alza con la titularidad de concejo en el siglo XVI, reguló como es lógico muchos aspectos de su vida social y religiosa, primero a través de los ya mencionados fueros, leyes y privilegios y posteriormente con las referidas ordenanzas ya nacidas con diferentes órdenes reales que iban llegando hasta la Novísima recopilación con Felipe II.
Posteriormente muchos pueblos de la comarca y zonas próximas incluso hasta los propios límites actuales entre las provincias de Badajoz y Cáceres, en el siglo XVIII llegaron esas ordenanzas que ya establecían un esquema básico para conocer, por ejemplo, cómo era la vida y cómo se regulaba en Puebla de la Calzada: organización y funcionamiento del concejo; vecindario; bienes de propios y fiscalidad concejil, el marco de la vida urbana (policía urbana); abastecimientos y sus condiciones; comercio y mercado urbano; actividad y ordenanza de los diversos oficios; economía agraria; organización y funcionamiento del concejo.
Pero el siglo XVIII es para Puebla de la Calzada una centuria llena de información que ofrece tanto al visitante como al propio poblanchino la oportunidad de poder entender que la historia de la localidad alcanza dentro la vida comarcal y regional una importancia extraordinaria.
El siglo XVIII nuestra localidad es perfectamente conocido gracias al llamado Catastro del Marqués de la Ensenada (1753-1761), junto a los conocidos censos de Floridablanca y Aranda. Es precisamente Ensenada quien nos muestra la riqueza y la bella villa en la que se ha convertido Puebla de la Calzada contando con un total d 1.576,21 habitantes es decir unos 370 vecinos.
Conocemos por las respuestas generales que se da al interrogatorio para la composición del Censo de Ensenada en el año 1753 la realidad de la localidad que era cura párroco de la misma en ese año de 1753 don José Bernal y el Concejo Municipal estaba formado por Sancho Gómez Gragera y Juan de la Maca Rivera en calidad de alcaldes ordinarios; Alonso López Bejarano y López y Pedro Martín Galán, regidores; Alonso Martín Poxo y Andrés García, jurados. Juan Miguel Galán, procurador síndico y, Federico Raimundo de la Vega, escribano del Ayuntamiento.
Puebla de la Calzada a mediados del siglo XVIII es señalada como Villa de Señoríos perteneciente a los mismos “estados” que los del Conde de Montijo por lo que percibía de ella en concepto de impuestos idénticas regulaciones que Montijo, ni más ni menos. Puebla de la Calzada tenía la facultad en concepto de regalía la capacidad y el beneficio de poder nombrar corregidor y a propuesta de la misma villa nombrar los alcaldes, regidores, jurados, procurador síndico, mayordomo de propios, alcalde de hermandad entre otros aspectos por la duración de un año.
El Catastro de Ensenada ha servido siempre a los historiadores para poder realizar lo que se podía expresar en términos actuales una fotografía de la época de manera que se nos indica que la villa poseía desde levante hasta poniente un cuarto de legua “(el equivalente a unos 1,5 kilómetros entendiendo que una legua castellana equivalía a unos 5 kilómetros) expresando literalmente que podía ser andada en una hora y media.
La ubicación geográfica que daba para localizar la Villa de Puebla de la Calzada al viajero a mediados del siglo XVIII era increíblemente exacta: al levante lindaba con el término de la ciudad de Mérida; al poniente con al de Badajoz y al norte con la Villa de Montijo. Al sur, sus lindes llegaban hasta el mismo término de Lobón.
Es el geógrafo Tomás Lope quien nos pone un punto final exacto para hacernos hoy una realidad de Puebla de la Calzada cuando en 1798 nos dice de ella: “Está la villa a media legua muy corta a oriente de la de Montijo y cuatro a poniente y norte de Mérida, está a la derecha del Guadiana. Bajando y a levante está la riberita que llaman de La Cava”.
Lógicamente el conocimiento de las localidades como es el caso de Puebla de la Calzada no termina con estas exactas descripciones que incorporamos aquí pero hemos de entender que tampoco este el espacio y lugar para ahondar en todas las existentes pues necesitaríamos a buen seguro un espacio para la temática histórica exclusivamente. Sin embargo y a este respecto de la visión de Puebla de la Calzada en el siglo XVIII no podemos pasar por alto por su extraordinaria valor que hace históricamente encauzar a Puebla de la Calzada en una de las poblaciones más importantes de la Comarca bañada por las vegas del Guadiana, que se trataba de una zona que vivía de la abundancia de tierras dedicada a la explotación frutal, con cantidades importantes de fanegas de tierra dedicadas a sembradura en lo que era conocido en su momento como “de primera calidad”.
El trigo, la cebada, los garbanzos, el centeno, la avena y la uva, aportaban todo ellos cantidades que eran repartidas en calidad de primicias, cargas para el conde de Montijo y reserva para la parroquia poblanchina. De la misma forma la explotación ganadera también hemos de tenerla en consideración destacando la cría de oveja para la obtención de queso y lana; ovejas borras, paridas y borregos; lechones y bueyes de tal manera que a desde mediados del siglo XVIII podemos claramente decir que Puebla de la Calzada contaba con una importante población en ganado vacuno, lanar t cabrío que pastaba por todo el término de la ciudad de Mérida durante todo el año.
El final del “Antiguo Régimen”: el último cuarto del siglo XVIII
Si bien nos estamos acercando a los años iniciales de un nuevo modelo social, económico y político que nacerá en toda Europa en el siglo XIX tras la conocida Revolución Francesa (1789), lógicamente -mucho más en España y en especial en Extremadura- localidades como Puebla seguirán mostrando elementos propios de ese llamado Antiguo Régimen. De esta manera afirmamos que a finales del siglo XVIII Puebla poseía un edificio conocido como pósito municipal que como sabemos se trataban de edificios para guardar aquellos productos básicos entre los campesinos y para la comunidad garantizando el suministro de los mismos en época de escasez.
Nuevamente nos adentramos de la mano de la Villa de Puebla de la Calzada en un periodo cronológico enormemente rico, amplio y no por ello menos complejo del que daremos unas pinceladas históricas para que el lector comprenda nuevamente la importancia de nuestra localidad en el marco históricos ahora, en las puertas ya de la Edad Contemporánea especialmente cuando las reformas de Estado hacen que Puebla de la Calzada entre desde la última década del siglo XVIII localidad integrada dentro del Partido Judicial de Mérida, como así lo refleja documentalmente una de las consecuencias de la conocida División del Reino en Provincias, acontecimiento ya producido en el año 1791 como se refleja documentalmente en el llamado Interrogatorio de la Real Audiencia el año 1791.
De la misma forma y nuevamente, el lector debe comprender que los acontecimientos históricos que irán jalonando toda la historia de la localidad, únicamente serán brevemente referenciados en este espacio. Despide pues Puebla de la Calzada el siglo XVIII en su última década (1790-1799). Era ya entonces nuestra mencionada localidad parte del Partido Judicial de Mérida y eclesiásticamente formaba aún parte del Priorato Nullius de León (conventual de San Marcos de León) ya que desde este plano y perspectiva eclesiástica seguí siendo regulada por el Gran Maestre de la Orden de Santiago y civilmente perteneciente a los ya mencionados “estados o posesiones” del Conde de Montijo.
Para que podamos hacernos una idea del crecimiento de Puebla de la Calzada en estos momentos contaba con dos alcaldes ordinarios, cuatro regidores, un escribano fiel de fecho (curioso personaje propio más de la Edad Media y la Edad Moderna especialmente en la corona castellana que, como figura administrativa “daba fe de los actos y hechos que ocurrían en la villa de ahí la expresión “fiel de fecho” es decir: fiel testigo de que lo que ocurría era cierto y real); dos oficiales de justicia; un médico; un cirujano; tres clérigos; un sacristán; ciento treinta labradores; doscientos cuarenta jornaleros y 25 artesanos quienes estos últimos quedaban repartidos entre carpinteros, esparteros, herradores, zapateros, sastres y albañiles.
Eclesiásticamente Puebla de la Calzada es de las pocas villas que aparecen teniendo una única parroquia, Nuestra Señora de la Encarnación, con tres curas tonsurados (es decir que había recibido las órdenes mayores), un sacristán, veintisiete beneficiados (sacerdote destinado a administrar las rentas de un beneficio concreto lo que le conlleva una renta estable), igual número de capellanías (estos podrían ser el mencionado beneficio) y cinco cofradías: Ntra. Señora de la Concepción, Santo Toribio, Santísimo Sacramento, Santa Cruz y Dulce Nombre de Jesús (recordemos, estamos en el año 1791).
Importantísima la labora caritativa social que se desarrollaba en la localidad de la mano del hospital de pobres conocido como Hospital de la Caridad del que hablaremos en el apartado dedicado al patrimonio histórico-artístico de la localidad.
Si bien nos estamos acercando a los años iniciales de un nuevo modelo social, económico y político que nacerá en toda Europa en el siglo XIX tras la conocida Revolución Francesa (1789), lógicamente -mucho más en España y en especial en Extremadura- localidades como Puebla seguirán mostrando elementos propios de ese llamado Antiguo Régimen. De esta manera afirmamos que a finales del siglo XVIII Puebla poseía un edificio conocido como pósito municipal que como sabemos se trataban de edificios para guardar aquellos productos básicos entre los campesinos y para la comunidad garantizando el suministro de los mismos en época de escasez.
Nuevamente nos adentramos de la mano de la Villa de Puebla de la Calzada en un periodo cronológico enormemente rico, amplio y no por ello menos complejo del que daremos unas pinceladas históricas para que el lector comprenda nuevamente la importancia de nuestra localidad en el marco históricos ahora, en las puertas ya de la Edad Contemporánea especialmente cuando las reformas de Estado hacen que Puebla de la Calzada entre desde la última década del siglo XVIII localidad integrada dentro del Partido Judicial de Mérida, como así lo refleja documentalmente una de las consecuencias de la conocida División del Reino en Provincias, acontecimiento ya producido en el año 1791 como se refleja documentalmente en el llamado Interrogatorio de la Real Audiencia el año 1791.
De la misma forma y nuevamente, el lector debe comprender que los acontecimientos históricos que irán jalonando toda la historia de la localidad, únicamente serán brevemente referenciados en este espacio. Despide pues Puebla de la Calzada el siglo XVIII en su última década (1790-1799). Era ya entonces nuestra mencionada localidad parte del Partido Judicial de Mérida y eclesiásticamente formaba aún parte del Priorato Nullius de León (conventual de San Marcos de León) ya que desde este plano y perspectiva eclesiástica seguí siendo regulada por el Gran Maestre de la Orden de Santiago y civilmente perteneciente a los ya mencionados “estados o posesiones” del Conde de Montijo.
Para que podamos hacernos una idea del crecimiento de Puebla de la Calzada en estos momentos contaba con dos alcaldes ordinarios, cuatro regidores, un escribano fiel de fecho (curioso personaje propio más de la Edad Media y la Edad Moderna especialmente en la corona castellana que, como figura administrativa “daba fe de los actos y hechos que ocurrían en la villa de ahí la expresión “fiel de fecho” es decir: fiel testigo de que lo que ocurría era cierto y real); dos oficiales de justicia; un médico; un cirujano; tres clérigos; un sacristán; ciento treinta labradores; doscientos cuarenta jornaleros y 25 artesanos quienes estos últimos quedaban repartidos entre carpinteros, esparteros, herradores, zapateros, sastres y albañiles.
Eclesiásticamente Puebla de la Calzada es de las pocas villas que aparecen teniendo una única parroquia, Nuestra Señora de la Encarnación, con tres curas tonsurados (es decir que había recibido las órdenes mayores), un sacristán, veintisiete beneficiados (sacerdote destinado a administrar las rentas de un beneficio concreto lo que le conlleva una renta estable), igual número de capellanías (estos podrían ser el mencionado beneficio) y cinco cofradías: Ntra. Señora de la Concepción, Santo Toribio, Santísimo Sacramento, Santa Cruz y Dulce Nombre de Jesús (recordemos, estamos en el año 1791).
Importantísima la labora caritativa social que se desarrollaba en la localidad de la mano del hospital de pobres conocido como Hospital de la Caridad del que hablaremos en el apartado dedicado al patrimonio histórico-artístico de la localidad.
Comienza la Edad Contemporánea
- La Guerra de la Independencia en Puebla de la Calzada: 1808-1814
Como vamos a continuación y de manera muy breve a quedar relejado en este avance histórico de Puebla de la Calzada. Son las fuentes municipales y parroquiales las que mejor nos hablan de estos años durísimos para la localidad -especialmente las municipales- que se configuran en torno a lucha contra el invasor napoléonico.
El daño de la guerra, que ha sido en este mismo espacio ya transmitido al lector en la misma forma en la que ahora nos expresamos, hizo un daño tremendo en la localidad. Como ejemplo, dando por sentado las pérdidas humanas, desapareció en Puebla de la Calzada la documentación existente en el archivo parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación en lo tocante a los llamados registros sacramentales (nacimientos, matrimonios y defunciones) para esos años de la guerra.
Las tropas francesas pasaron por Puebla de la Calzada en varias ocasiones especialmente entre los años de 1809 y 1812. Ocuparon edificios tanto civiles como religiosos: cuarteles, almacenes, albergues o improvisaron hospitales. Se requisaron víveres, cosechas, animales y dinero causando un duro impacto en la economía local. Sin olvidar que fue la población la que sufrió las represalias en caso de colaborar con las guerrillas locales o se resistían a la ocupación. Ciertamente se dieron acciones de resistencia como en muchos otros lugares de Extremadura y, estas guerrillas, aunque pequeñas complicaron mucho la pervivencia local a los invasores.
Por ejemplo, la ermita y cofradía de Nuestra Señora de la Concepción, patrona de la localidad fue saqueada perdiéndose enseres, obras de arte sacro y otros objetos de culto, siendo obviamente un durísimo golpe a nivel cultural y humano. No olvidemos que Puebla de la Calzada al estar cerca del río Guadiana se encontraba en una zona estratégica y muy especialmente por su cercanía a Badajoz, situación que la había vulnerable -como ya lo hizo en el siglo anterior con la guerra con Portugal– al paso de los ejércitos y al uso militar de sus recursos.
Puebla de la Calzada se vio además obligada a tener que suministrar tanto al ejército aliado español (británicos) como soportar los hurtos del ejército invasor (francés) en material de especies fundamentales para la vida de la localidad así como importantes cantidades de dinero como fue el caso del donativo enviado a la ciudad de Mérida para hacer frente ante la inminente llegada del ejército francés en el año 1809, un donativo que salió de las arcas de la ermita y cofradía de Nuestra Señora de la Encarnación y que según afirma el mayordomo de la misma en aquella época Toribio Casimiro Riola ascendió a la cantidad de 150 reales.
El abandono de familias de Puebla de la Calzada como de otras poblaciones cercanas ante la situación de guerra, la presencia del ejército invasor y el ambiente bélico del momento dejan para la historia unos momentos realmente desoladores en la Villa de Puebla de la Calzada. Entre los años de 1809 a 1812, el mayordomo de la ermita y cofradía de Nuestra Señora de la Concepción Luís Domínguez, expresa los sentimientos de abandonos, tristeza y desolación que recorren la vida local en estos momentos. La propia ermita fue ocupada por los franceses sirviéndoles de lazareto
- La Desamortización en Puebla de la Calzada
Las medidas llevadas a cabo por los ministros liberales Mendizábal (1836) y Madoz (1855) a través de sus leyes conocidas como “desamortización” afectaron a muchas propiedades y tierras comunales, permitiendo a particulares comprar y gestionar bienes. Indudablemente todo ello tuvo un impacto considerable en la estructura social y económica del municipio, modificando la propiedad de la tierra y la relación entre la comunidad y sus recursos.
Basta tomar como ejemplo en Puebla de la Calzada, las pérdidas que sufrieron por ejemplo las cofradías del Santísimo Sacramento que se sustentaba del beneficio de unas rentas sobre tierras situadas en La Vega y el arrendamiento de casas en la entonces llamada casa de la Calle Nueva, beneficios que ahora perdían y quebraban su economía al serles desamortizados dichos bienes.
Existe obviamente la relación de los mayores beneficiados contribuyentes en Puebla de la Calzada en el año 1852 con su nueva situación en cuanto al beneficio de poder adquirir casas, tierras e incluso ganadería gracias a estas medidas (recogida en la obra titulada Historia de la Comarca de Lácara. De la crisis del Antiguo Régimen a la Edad Contemporánea (1761-1970), pág. 247 del autor Pablo Iglesias Aunión y editada por Adecóm-Lácara y Diputación de Badajoz en el año 2002).
- La Epidemia del Cólera Morbo: 1854-1856
Uno de los granes episodios que jalonan de manera considerable la historia contemporánea en Puebla de la Calzada fue la desgraciadamente conocida epidemia del Cólera Morbo que asolo la villa en los años centrales del siglo XIX.
Esta gravísima enfermedad afectaba a una infección intestinal causada por la bacteria Vibrio cholerae, la cual se transmitía esencialmente a través del agua y alimentos contaminados: diarrea severa, rápida deshidratación y la muerte de manera que Puebla de la Calzada pasó de 83 casos de fallecimiento en el año 1853 a 126 y 121 en los años de 1854y 1855, momentos de máximo efecto epidémico. Tan solo un año después, en 1826, sin la presencia de la terrible enfermedad, el caso de defunciones descendió a 56 individuos.
Pongamos como ejemplo final para comprender los devastadores efectos de esta epidemia que en Puebla de la Calzada por ejemplo, en el año 1854 durante los meses de septiembre, octubre y noviembre el 45% de las defunciones las provocó la epidemia (60/27) y en 1855, en los meses de junio, julio y agosto, al 65,79% de las defunciones nos llevan a la misma causa, el cólera morbo (76/50).
Una nueva realidad y una nueva coyuntura en el siglo XIX: Republicanismo y Dictadura, 1902-1970
Puebla de la Calzada en la primera mitad del siglo XX: la llegada de la sociedad de clases entre la aristocracia terrateniente y el asociacionismo obrero
El cambio del siglo XIX al XX trajo para Puebla de la Calzada transformaciones importantes que se vieron en la misma concepción de la mentalidad y de la sociedad del momento que comenzaba a ser moldeada por un aburguesamiento propio del proceso -aunque muy lento- de industrialización fruto del reflejo extremeño y nacional.
Obviamente un ejemplo para nosotros sería claramente la construcción del llamado Palacio del Marqués de la Vega a inicios ya del siglo XX (al que le dedicaremos su correspondiente protagonismo en el apartado patrimonial). Movimientos políticos que tendrán una repercusión que se dejan notar en la entrada de un constitucionalismo local que para nada nos coloca en ninguno de los acontecimientos difíciles y complejos de este primer cuarto del nuevo siglo ni mucho menos en segundo lugar “de nada ni ante nada”, pues cada localidad atiende a una realidad que la hace protagonista de primera línea en su historia local. Es por ello que en estos primeros años del siglo XX, Puebla de la Calzada conoce el llamado dualismo social propio del nuevo modelo de un capitalismo económico: “obreros-patronos”. Y como no podía ser de otra manera queda como reflejo de un espejismo nacional y regional que hizo que en la nueva sociedad entrase en juego un nuevo factor social: la presencia de la mujer en el mundo del asociacionismo.
Puebla de la Calzada se incrusta así en una transición cronológica cuyo modelo representa por un lado, niveles de acumulación muy escasos (propios de la regionalización de la zona), sin ser capaz de generar un capital que genere unos recursos capaces de ser invertidos en actividades claramente productivas y por tal en una posible y futura industrialización naciente. A pesar de que es un siglo en que obviamente los lentos avances se irán viendo como por ejemplo son la llegada en torno al año 1904 de la luz eléctrica.
Estamos asistiendo a la realidad de una localidad claramente ejemplo de ser una sociedad y un modelo económico que sin llegar a estar dominado claramente por una burguesía industrial y comercial predominante, lo seguirá estando por una heredada burguesía agraria que terminará en el nacimiento de la aristocracia terrateniente que aprovechó una mano de obra barata, una escasa productividad, una nula reinversión del excedente productivo por la nula mecanización del campo y un trasvase del excedente productivo a otros sectores donde andaban a su antojo la especulación, los sectores marginales no productivos, el consumo suntuario, etc. Estamos obviamente hablando de que Puebla de la Calzada como muchos pueblos de su entorno y de Extremadura en general, veía ante sus ojos aparecer una sociedad clasista.
Una sociedad donde frente al burgués y aristócrata estará el naciente asociacionismo obrero de manera que será precisamente en esta sociedad de “clase”, donde la “clase obrera” adquiera una importancia considerable en ese ya expresado asociacionismo obrero -como hemos indicado anteriormente- junto al asociacionismo sindical y agrupaciones de carácter civil que realmente, para quien conoce la España y la Extremadura de estos momentos, Puebla de la Calzada es ese “espejo” que venimos mencionando, al igual que lo es como transmisora a nivel general de su devenir a nivel local. Ejemplo los tenemos como nuevo espacio y realidad en la localidad por ejemplo con el nacimiento de nuevos sectores de servicio o el nacimiento de pequeñas industrias como en 1909 la fábrica de tejas.
La Dictadura de Miguel Primo de Rivera en la historia de Puebla de la Calzada: 1923-1930
Podemos expresarnos en términos de “excepcional” la visión que tenemos de Puebla de la Calzada entre los años de 1923 a 1930 es decir, los años que duró lo que conocemos como dictadura de Miguel Primo de Rivera. Profesores como Prats, Castelló, Fernández y otros, coinciden en señalar que durante los primeros años del mencionado periodo España en general y, Extremadura en particular con localidades como es el caso de Puebla de la Calzada, alcanzaron una “cierta prosperidad material” (léase Historia de la Comarca de Lácara. Del Medievo a los Tiempos Modernos, años 2000 y 2001, págs. 273-280, de P. Iglesias Aunión).
Se desarrollaron actividades comerciales y la de servicios crecieron aumentando la demandad de obra de mano femenina. La relativa “modernización” que se experimentó, no afectó sin embargo a las zonas agrícolas y no mejoraron para nada las técnicas de cultivo. Las cifras que se ofrecen para la comarca de las Vegas Bajas, donde como es obvio localizamos Puebla de la Calzada, son muy aclaratorias pues para esta zona del Guadiana, la población activa disminuyó de un 75% en 1920 a un 45% en 1930. La explicación la encontramos en la fuerte migración en estos años con las ofertas que llegan como “atractivo” desde las grandes ciudades (Madrid, Barcelona por ejemplo).
Gracias a la obra titulada Barógrafo de un Lustro estudio realizado y publicado entre los años 1923 y 1928 para nuestra provincia, nos hacemos una idea de la realidad teniendo siempre muy en cuenta quién lo realiza y qué grado de objetividad hay en ello -hecho que debe marcar todo estudio histórico y especialmente al historiador-. El estudio está realizado por el partido de la Unión Patriótica y dirigido por el Jefe Provincial del mismo el conocido Marqués de Solana, así como por el secretario de Unión Patriótica Manuel García Coitía.
Tengamos en cuenta que en estos momentos, el partido de Unión Patriótica se extendió ampliamente por los pueblos de nuestra provincia llegando a tener en Puebla de la Calzada como presidente a Fabián Lozano Reyes, Presidente de la Sección de Juventud Andrés Conejo Casillas, con un total de 968 afiliados varones, 20 mujeres y 11 jóvenes.
Once pueblos del total que componían la provincia de Badajoz, tributaban a la Administración de Rentas Públicas entre las que obviamente está Puebla de la Calzada. Veamos para tener una realidad ciertamente aproximada de esta época cómo y de qué manera se vivía en la villa en estos años.
Es en estos momentos cuando en Puebla de la Calzada surge el llamado Sindicato Agrícola Católico del que hemos podido sacar que, la localidad dedicaba el equivalente en medida al quintal métrico teniendo en cuenta que esta medida equivale a 100 kilogramos como medición para productos en la agricultura y el comercio, Puebla obtenía por ejemplo en estos años 155 quintales métricos en trigo o bien 25 en aceite.
En cuanto al sistema de comunicación Puebla también avanzó en estos momentos pues fue aprobado el proyecto de la construcción de la carretera desde Puebla de la Calzada a Lobón en una longitud de cinco kilómetros. En el quinquenio que estudiamos, Puebla de la Calzada conoció la instalación del telégrafo bajo un presupuesto de 200.000 pesetas. Igualmente se había construido una Casa Cuartel de la Guardia Civil con un presupuesto de 30.000 pesetas. Dentro de la Enseñanza Primaria Puebla contaba únicamente con las denominadas Escuelas del Ave María con un mantenimiento gracias a la suscripción de los poblanchinos.
A pesar de la enorme carencia documental que existen en los archivos municipales, hemos podido estudiar para Puebla de la Calzada (Historia de la Comarca de Lácara. Del Medievo a los Tiempos Modernos, años 2000 y 2001, págs. 273-280, de P. Iglesias Aunión), que tras el golpe de estado de Primo de Rivera, hombres del pueblo fueron dotados de armas prestando auxilio a las fuerzas de poder cuando estas las necesitaban formándose el llamado Cuerpo de Somatenes y que en muchos pueblos estuvo presente incluso hasta la década de los años 70 del siglo XX. Puebla de la Calzada tuvo como Cabo de Distrito a Félix Expósito Ciudad y Subcabo a Fernando Domínguez Domínguez.
La IIª República en la Villa de Puebla de la Calzada: 1931-1939
Si usted, amigo lector, se está preguntando por qué acotamos cronológicamente la IIª República trasladando su momento final hasta el año 1939 de manera que queda englobada la guerra civil en este periodo hemos de expresar que, hasta que la misma no finalizó, el único modelo de Estado reconocido era justamente el republicanismo quien, por desgracia, contó con un periodo final de tres años de enfrentamiento bélico tras un levantamiento militar contra ese modelo vigente.
Durante el periodo de la II República se intentó poner en marcha el viejo y ansiado proyecto de la reforma agraria que ya intentara en el año 1795 poner en marcha Jovellanos con su Informe sobre Ley Agraria donde ya denunciara los obstáculos para el desarrollo económico en el campo español, proponiendo unas soluciones inspiradas en el pensamiento liberal y fisiocrático. Su obra más conocida es el “Informe sobre la Ley Agraria” (1795), donde denuncia los obstáculos al desarrollo económico del campo español y propone soluciones inspiradas en el pensamiento liberal y fisiocrático, propuestas que se irán posponiendo y que en la IIª República tampoco pudo llevarse a su ejecución.
Es un periodo histórico amplio que ya está publicado desde 1999 por la Diputación Provincial de Badajoz (P. Iglesias Aunión en su obra sobre la Comarca de Lácara desde finales del Antiguo Régimen a la Edad Contemporánea, en el capítulo dedicado a los inicios del siglo hasta el final de la IIª República, págs. 263-281; Puebla de la Calzada-Badajoz, 2002), apareciendo recogido por ejemplo que, junto a todo lo relacionado con la vida de este periodo en Puebla de la Calzada precisamente (en el que igualmente aparece la ya citada construcción del Palacio del Marqués de la Vega), con el nuevo modelo económico vestido bajo el llamado capitalismo agrario que llegó en abril de 1936, meses antes de estallase la Guerra Civil, el reparto de 1.515 fanegas de tierra pertenecientes a fincas de los propietarios muchos de ellos vecinos de Puebla de la Calzada y situadas en el término de Badajoz, Mérida y Lobón las cuales fueron repartidas atendiendo a este deseo de reforma.
Puebla de la Calzada durante la Guerra Civil: 1936-1939
Sigue siendo para muchos pueblos y localidades -no sólo de nuestra Comarca- la Guerra Civil española un triste episodio poco conocido e incluso en ocasiones nos atrevemos a decir que “mal conocido”: faltan datos, la subjetividad entra a raudales en los análisis (es momento de acordarnos precisamente de ese principal enemigo del historiador, la subjetividad) y la no apertura de muchos archivos al no entrar aún en periodo histórico el mencionado acontecimiento (1939-2039, han de pasar cien años). En definitiva, estamos ante un cúmulo de “recreaciones y símbolos culturales” que complejizan aún más ver la villa de Puebla de la Calzada -como la de tantas localidades- durante el periodo de la guerra (léase para ello La Guerra Civil Española: 1936-1939, de J. Aróstegui en Cuadernos de Historia nº. 16, 1985).
Muchos poblanchinos perdieron la vida en los primeros años de la guerra ante el avance de unas tropas del ejército sublevado que partieron, bajo las órdenes del Teniente Coronal Yagüe, por las rutas trazadas desde Monasterio hacia Zafra, Almendralejo, Mérida en dirección a Badajoz donde Puebla y toda la comarca entró dentro de sus planes de ocupación. Así, para una mejor comprensión de los acontecimientos ocurridos en estos momentos en Puebla de la Calzada, toda nuestra comarca puede ser dividida en tres partes:
- Una primera en su prolongación hacia el norte llegando al mismo límite de la provincia (Cordobilla de Lácara, La Nava de Santiago o Carmonita).
- Por el sur hasta Tierra de Barros apareciendo entonces Puebla de la Calzada, Montijo y Torremayor. La presente zona quedaba bajo la influencia del Guardia de Asalto de Mérida con el capitán Emilio Rodríguez Benítez partidario del Frente Popular, haciendo posible que la situación fuera “salvada” a favor de la República en varias ocasiones. Recordemos que la Guardia de Asalto mayoritariamente se mantuvo leal a la República (hubo excepciones) y fueron uno de los principales cuerpos de fuerzas del orden y combate urbano. Actuaron junto a las milicias obreras y las brigadas internacionales, aunque considerados más disciplinado y eficaces.
- La zona centro con localidades como La Garrovilla o Esparragalejos.
Sin embargo la situación de sostenimiento de la República en Puebla de la Calzada terminó el 13 de agosto de 1936 cuando, entre otras localidades, cayó en manos del ejército sublevado con lo que no tardó en llegar la supresión de los ayuntamientos y la formación de lo que se conoció como gestoras.
Una de las primeras acciones llevadas a cabo en Puebla de la Calzada fue la elaboración de una lista de reclutas que se entregó en el puesto de la Guardia Civil en Puebla de la Calzada y además, nuestra localidad muestra una información bastante interesante desde prácticamente primeros de marzo de 1936 en la antesala del levantamiento. Puebla de la Calzada deseaba una reforma agraria, con el deseo por parte del consistorio de la aprobación de una iniciativa a este respecto que surgió en Llerena. Se trataba de solicitar al Presidente del Consejo de Ministros el restablecimiento para la provincia extremeña de la llamada Ley de Intensificación de Cultivos de manera que estuviera vigente hasta poner en marcha la afamada ley de reforma agraria. En agosto de 1936 todos estos proyectos se vieron en nuestra localidad truncados cuando el ayuntamiento poblanchino tuvo que dar cumplimiento a la orden del Teniente Coronel Yagüe para constituir en Puebla la antedicha Gestora, quien debía de encargarse de la administración del ayuntamiento “ante la huida de la actúa corporación municipal”.
La llegada de la Dictadura del General Franco para la localidad de Puebla de la Calzada es idéntica a la de otros pueblos de la comarca de las Vegas Bajas del Guadiana donde con el fortalecimiento de las estructuras propias del régimen como por ejemplo, el nombramiento de la alcaldía por el régimen franquista y la recuperación por parte de la Iglesia de su papel predominante en la educación, la moral pública y las festividades.
Nuevamente las mujeres fueron relegadas al rol “de un tradicionalismo” impuesto por el franquismo. Puebla de la Calzada lleva una economía de subsistencia con una población agrícola que vivía de los latifundios controlados por terratenientes afines al régimen. Muchos jornaleros vivían en condiciones precarias y sin derechos laborales efectivos.
Durante los años 40 y 50 se empezaron a construir algunas infraestructuras bajo el amparo del Instituto Nacional de Colonización y el llamado Plan de Transformación y de Colonización hizo que esas reformas del campo pusieran levemente en marcha una transformación industrial y de la comercialización de los productos que conlleva el proceso en conjunto de manera que el sistema de electrificación y que en torno a los 60 se desarrollaran redes de riego que transformaron la agricultura.
Puebla de la Calzada ejemplo hoy de “nueva era” en: comunicación, servicios y oferta para la vida en sociedad. Patrimonio Histórico-Artístico I: conocer para no olvidar
Siempre que nos adentramos en el conocimiento del patrimonio histórico de una localidad irremediablemente tendemos a aquello que nuestros ojos como visitante pueden hoy ver y, ciertamente, no puede también dejar de ser y de manera muy obvia, parte importante en nuestro recorrido por Puebla de la Calzada -lo es inmediatamente a estas primeras líneas sobre el mencionado patrimonio- en el que queremos incluir desde la perspectiva patrimonial el llamado Patrimonio Histórico Inmaterial del que hablamos más adelante.
Sin embargo y lamentablemente, Puebla de la Calzada hoy por hoy y por causas que solo el paso del tiempo y elementos muy específicos que ahora escapan a nuestra explicación por requerir un más amplio espacio, Puebla tuvo edificios que de haberse conservados su riqueza histórico-artística sería se extraordinaria importancia:
- Hospital de pobres: los primeros datos que aparecen sobre este hospital que hoy ya no existe nos remontan al año 1511. Edificio que, aunque de dimensiones reducidas, hoy conocemos prácticamente la totalidad de su historia gracias a los estudios que sobre el mismo se tienen realizado en obras que están ya en este espacio citadas o que incluso han sido presentadas por el mismo autor a jornadas y congresos dentro del ámbito de la caridad y asistencia en la comarca. El mencionado hospital estuvo situado donde hoy actualmente se ocupa el espacio junto a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación en la calle José Manuel Carrasco y que a mediados del siglo XIX, producto de las leyes desamortizadoras pasó a manos del ayuntamiento como Hospital de la Caridad, según escrita de venta del Ayuntamiento en documento del año 1949.
- Ermita de Santiago: el cual ofrece uno de los alicientes más actuales dentro de la historiografía por cuanto a su ubicación nos ofrecen las fuentes documentales consultadas de la Orden de Santiago y que lo centran en una zona cercana al río Guadiana donde se dice que estuvo ubicada la llamada aldea del Rubio. Databa de los años iniciales del siglo XVI pues sabemos que en el año 1508 aún estaba en construcción. Ermita que tan solo dispuso de un altar con una única imagen en un retablo (1515-1550), imagen dedicada a la devoción a este santo que está muy estrechamente relacionado con la misma orden que repobló la zona.
- Ermita de los Santos Mártires. San Fabián y San Sebastián: estos santos defensores y abogados para la población contra la peste se extienden por toda la región y Puebla de la Calzada tuvo su ermita de la que conocemos su existencia a inicios del siglo XVII (año 1605), muy posiblemente levantada por el ataque de la conocida pestilencia del año 1599. En diferentes documentos y a lo largo de la historia local la ermita de los Mártires es constantemente citada y en algunos momentos la pervivencia de la misma se debió a las donaciones procedentes de limosnas, testamentos o como la realizada en los años iniciales la Hermandad de la Cruz de la localidad. Sabemos por la descripción de Tomas Lope que la mencionada ermita se encontraba situada al mediodía de la dicha villa.
- Ermita de Santo Toribio: tuvo primero este santo una imagen en uno de los altares de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Encarnación sabiéndose ubicada en la misma en el año 1511 para tener que esperar al año 1605 y poder hablar de la existencia de una ermita con titularidad propia a esta advocación de Santo Toribio de Liébana. Se situaba en dirección a Montijo y en las afueras de la villa de Puebla de la Calzada según descripción de inicios del siglo XVII y la misma debió de dejar de tener una clara presencia en Puebla de la Calzada tras el terremoto del año 1755 al afirmarse posteriormente que amenazaba ruina.
Como es de comprender hoy nos es imposible poder deleitarnos con estos edificios arquitectónicos que tanta vinculación han tenido con la devoción del pueblo de Puebla de la Calzada pero, una forma clara de pervivencia es sin duda conocer su historia para que no sean olvidados.
Puebla de la Calzada ejemplo hoy de “nueva era” en: comunicación, servicios y oferta para la vida en sociedad. Patrimonio Histórico-Artístico I: conocer para no olvidar





Puebla de la Calzada es un destino que ofrece una combinación por tanto de Historia, Naturaleza y Gastronomía. Localidad idean para quienes buscan una experiencia auténtica en la campiña extremeña en pleno corazón de las Vegas Bajas del Guadiana. Por eso ofrecemos desde aquí un paseo a través de su patrimonio histórico y arquitectura; desde las actividades al aire libre; la oferta con su gastronomía local; sus festividades y tradiciones y lo que pudo tener y hoy desgraciadamente en cuestión de patrimonio ha perdido.
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación: templo de mampostería y piedra que data en sus primeras referencias de finales del siglo XV teniendo de ello como ejemplo la rica pila bautismal de estilo gótico y que está decorada con motivos santiaguistas. Presenta actualmente enormes transformaciones pero no por ello ha perdido su esencia del gótico tardío, renacimiento y barroco.
Es digna de visitar para poder observar el llamado retablo de Nuestra Señora del Rosario obra de Francisco Morato al que la propia cofradía del mismo nombre encargó y pagó en el año 1617 un total de 1.000 reales. Lamentablemente en la actualidad y posiblemente fruto de los acontecimientos ya detallados en el siglo XVII dentro de la guerra con Portugal, perdió el magnífico retablo de su Capilla Mayor por el pugnaron los maestros renacentistas Estacio de Bruselas y Luis de Morales.
Ermita de Nuestra Señora de la Concepción: emblemático lugar de culto y devoción mariana en la Comarca. Su historia se remonta el siglo XVIII, cuando fue edificada en el solar de una anterior dedicada a la devoción de los Santos Mártires (San Fabián y San Sebastián). Fue en esa época cuando acogió a la Venerables y Santa Escuela de Cristo fundada por San Felipe Neri, que promovía la devoción a la Virgen y la proclamación de la Inmaculada Concepción de María.
La actual ermita fue construida entre los años 1918 y 1920 según consta en el proyecto del arquitecto Adel Pinna Casas por encargo del entonces alcalde Cándido Maza Coca. Estamos ante un edificio que cuenta con tres naves de cuatro tramos y una capilla de doble cuerpo adosada por el costado del Evangelio. En el año 1953, la propiedad fue cedida al Obispado de Badajoz que encargó a los salesianos la responsabilidad del culto y del uso del edificio.
Uno de los elementos más destacados de la ermita es el exvoto pictórico que narra el milagro del pozo ocurrido en 1860. Juana Fernández Pinilla, vecina de Puebla de la Calzada, cayó con su hija recién nacida en brazo en el mencionado pozo de la ermita y permaneció allí durante cuatro horas sin sufrir daño alguno. Agradecida, dedicó esta memoria a la Virgen.
La ermita también es conocida obviamente por ser morada de la imagen más querida en la localidad: la Inmaculada Concepción patrona de Puebla de la Calzada con una festividad arraigada en la tradición religiosa y cultural del municipio. Su principal celebración es el 8 de diciembre aunque las actividades comienzan días antes, el 26 de noviembre, con el traslado de la imagen de la Virgen desde la ermita hasta la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación.
Estamos ante una devoción que como ya hemos indicado se remonta al siglo XVIII siendo la imagen restaurada por el escultor Ignacio de Estrada quien en el año 1789 (según consta en documento por encargo de la Cofradía), realiza este encargo por el precio de 120 reales. Pero sin duda estamos ante una de las muchas intervenciones que la imagen ha sufrido a lo largo de los siglos, evidenciando así la devoción y el cuidado que Puebla de la Calzada tiene hacia su patrona como lo demuestra el ya mencionado traslado, la Eucaristía que se celebraba el 7 de diciembre, en la que se llegó a conocer las salvas por parte de los cazadores recorriendo las calles de la localidad y hoy en día por la Eucaristía el 8 de diciembre con la ofrenda floral en la Plaza Mayr y la puja una subasta de aquellos objetos que han sido donados por los fieles, cuyos fondos se destinan al mantenimiento de imagen y ermita.
Plaza de la Constitución y Casa Consistorial: nos encontramos ante la plaza mayor de la localidad donde dos edificios destacan por encima de todo: la Casa Consistorial y la actual Casa de la Cultura que junto al Colegio de Nuestra Señora del Carmen armoniza una arquitectura amena, acogedora y que obliga al visitante a inclinarse a visitar el Palacio del Marqués de la Vega.
Palacio del Marqués de la Vega: nos encontramos ante un edificio que actualmente está re-convertido en un Centro de Educación Infantil y Primeria (C.E.I.P.). El palacio está asentado sobre un antiguo solar de gran extensión sobre un terreno que antaño fue ocupado por un conjunto de casas que fuero de manera progresiva comparas por familias como los Amigo, Coca, Conejo y Díez-Madroñero López de Ayala, marqueses de la Vega. Con los marqueses fallecidos el palacio estaba aún si terminar, edificio que está atribuido cronológicamente a los años 1904-1911 y especialmente de todos los nombres citado anteriormente a Jorque Díez Madroñero López de Vega, quien fuese el VII Marqués de la Vega junto a su esposa María Antonia Conejo de Coca.
Resulta interesante la construcción e invita al viajero a Puebla de la Calzada no perder oportunidad de ser visitado por tener una mezcla de estilos (de ahí que sea reconocido como de estilo ecléctico), donde el neoclasicismo y las imitaciones al estilo barroco abundan realizado con materiales de primerísima calidad destacando por ejemplo los herrajes en forja, la gran escalera, las puertas en madera nobles, las fabulosas pinturas murales de los renombrados artistas de Badajoz, señores Cardenal y Ortíz (léase obra citada de Iglesias Aunión, Puebla de la Calzada-Badajoz, 2002).
Gastronomía Local en Puebla de la Calzada
No puede faltar en nuestro paseo por la Villa de Puebla de la Calzada la extraordinaria invitación que nos hace su gastronomía local partiendo de una rica tradición extremeña donde platos como las migas y el gazpacho extremeño son auténticas experiencias culinarias.
La caldereta de cordero caldereta de cordero y el cocido extremeño, son indudables guisos de costumbre para los periodos de más frío que se deben acompañar con una repostería tradicional basada en dulces como las perrunillas, bollos de chicharrones y mantecados como parte de esta misma gastronomía poblanchina.
Es propio en Puebla de la Calzada hacer la tradicional ruta de la tapa como evento anual que ha quedado muy bien asumida por el Encuentro Enogastronómico Vegas Bajas que en el 2025 ha cumplido ya su IX Encuentro y que se se celebra anualmente en la Plaza de España, reúne a bodegas de la Denominación de Origen Ribera del Guadiana y otras regiones, ofreciendo una experiencia sensorial única para los asistentes el evento continuó con su objetivo de promover la cultura del vino y la gastronomía local
Fiestas y costumbrismo: El rico Patrimonio Histórico Inmaterial de Puebla de la Calzada
Puebla de la Calzada, en la provincia de Badajoz, cuenta con un patrimonio arquitectónico y cultural que refleja su rica historia como lo venimos concretando en estás. Pero igualmente cuenta con otro Patrimonio Histórico Inmaterial fruto de todas las ricas y amplias manifestaciones vivas en nuestra localidad.
Cómo podríamos dejar pasar por alto el Festival Nacional de Teatro que suele generalmente celebrarse en el mes de octubre y que lleva copando una primerísima línea en este mundo complejo del arte escénico desde 1981 (superando las cuarenta ediciones desde su creación.
Junto a ello, el sabor de lo popular que expresa la idiosincrasia de los poblanchinos queda plasmado en las gran las Fiestas en honor a su Patrona “La Inmaculada Concepción”, Cabalgata de Reyes o en la propia Semana Santa eventos que merecen indudablemente la parda del viajero quiera conocer con mayor profundad Pueble de la Calzada y que son sin duda, manifestaciones vivas de una cultura muy propio como lo viene delimitando la propia historia de la Villa.
El 8 de diciembre se celebra la festividad de la Inmaculada Concepción, patrona de la localidad. Los actos comienzan con una Eucaristía, seguida de una ofrenda floral en la Plaza de España y una procesión que acompaña a la Virgen de regreso a su ermita. Previo a todo ello, pueblo expresa su amor a la patrona con una Novena en la iglesia parroquial. Tradicional y digno de ver es la ya tradicional «Puja», una subasta de regalos donados por los vecinos para recaudar fondos destinados a la restauración de la imagen y el santuario.
De alguna manera Puebla de la Calzada ha ido con el paso de años abriéndose un nombre propio dentro de la celebración de esa “noche mágica” que es el 5 enero, víspera de los “Reyes Magos” (Epifanía), con su Cabalgata de Reyes, que comienza en el Recinto Ferial con un desfile de carrozas que recorre las calles del municipio hasta llegar a la Plaza de España. Allí, sus Majestades los Reyes Magos leen un mensaje desde los balcones del ayuntamiento y finalizan la jornada con la tradicional tirada de caramelos.
Una de las festividades religiosas y culturales más destacadas de la localidad es su Semana Santa. Todo comienza el Viernes de Pasión, conocido tradicionalmente como “Viernes de Dolores” con una Procesión Infantil que organiza por la Cofradía Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores en colaboración con la parroquia y los grupos de catequesis, llega a contar con un total de 11 pasos.
Adquieren nombre propio las organizaciones parroquiales encargadas de que la Semana Santa en Puebla de la Calzada comience con la procesión de la Borriquita en el Domingo de Ramos a cargo de esta Asociación Parroquial que lleva camino de convertirse, tras cumplir con el obvio proceso eclesiástico, en Cofradía-Hermandad. La Cofradía de Jesús Nazareno y María Stma. de los Dolores es quien lleva a cabo las salidas procesionales desde el Miércoles Santo con sus imágenes como Jesús Nazareno, talla atribuida a la escuela andaluza del siglo XVII; la imagen de Jesús amarrado a la columna y la del Santo Entierro cierra Viernes Santo la trepidante actividad cofrade de esta hermandad.
Obviamente no podemos olvidar en estas fechas de la Semana Santa, la presencia de la Banda de Música de Puebla de la Calzada acompaña las procesiones, añadiendo un toque musical que enriquece la experiencia religiosa. La Semana Santa en Puebla de la Calzada es pues junto a una manifestación de fe, sino también una expresión cultural que fortalece el sentido de comunidad y preserva las tradiciones locales.
Puebla de la Cazada tiene igualmente un nombre e identidad propio con la fiesta del Carnaval. El Carnaval en Puebla de la Calzada es alegría que se llena de color e ilusión. Las dos comparsas locales son «La Kochera» y «Vas como quieres», que han obtenido importantes premios en el Carnaval de Badajoz. El lunes siguiente al sábado de Carnaval se celebra generalmente la «Tamborada», un concurso de instrumentos musicales que reúne a cientos de carnavaleros en la Caseta Municipal venidos de diferentes lugares.
Inevitable pasar por Puebla de la Calzada en su Feria y Fiestas Patronales en honor a San Pedro, una festividad que comienza con la procesión del patrón desde la parroquia de Ntra. Sra. de la Encarnación hasta el mismo recinto ferial, al que le sigue la inauguración con los fuegos artificiales. El deporte, las expresiones artísticas y un corazón llego de acogida a todo el que decida pasar unos días llenos de alegría en el mismo inicio de los periodos vacaciones estivales.
Porque estas fiestas en honor al Patrón de Puebla de la Calzada se unen el alma de un pueblo con sus raíces más profundas haciendo que durante el tiempo que duran las fiestas, el corazón de Puebla de la Villa, de cada uno de los poblanchinos, se exprese esa tradición, fe y alegría que conjugadas en una perfecta armonía son sin duda una muestra viva de la riqueza cultura y la devoción de sus gentes. Las fiestas patronales transforman las calles de la localidad en un escenario de emoción, encuentro y esperanza, brillando Puebla de la Calzada con luz propia ya que son un momento único en todo el año, momento en el que la alegría, la música y la comunidad quedan unidas por una perfecta armonía.
Estas festividades reflejan la rica tradición cultural socio-religiosa de Puebla de la Calzada ofreciendo a residentes y visitantes una oportunidad única para disfrutar de la hospitalidad y el espíritu comunitario de nuestro encantador pueblo, que en esta visión global -breve pero sugerente- hemos querido hacer un recorrido histórico desde las primeras manifestaciones con la presencia humana hasta la actualidad. Así es como queremos “hacer y ser” una clara invitación, para que “entre vegas y la riqueza del conocimiento con nuestra memoria histórica”, al susurro del paso del cercano Guadiana, Puebla de la Calzada clame desde el “mismo alma de Extremadura” poder ser visitada.
Es en Puebla de la Calzada, aquí, donde el cielo se ensancha sobre campos fértiles, donde la historia se posa en cada piedra y el corazón late al compás de la tradición, donde debemos dejarnos llevar por sus calles tranquilas, por el murmullo amable de su gente, por los aromas que emanan de los fogones donde aún se cuece el sabor antiguo de la cocina extremeña. Pasea entre naranjales y escucha cómo el río Guadiana acaricia la tierra como un viejo amigo que nunca se marcha.
En Puebla de la Calzada las fiestas son más que celebraciones: son herencia, arte y comunión. El teatro se alza como estandarte cultural y el alma del pueblo se sube al escenario cada vez que se abre el telón.
Te esperamos con la hospitalidad tejida en cada saludo, con la calidez que no necesita palabras. Porque quien pisa Puebla de la Calzada, ya no vuelve siendo el mismo.
Ven. Descúbrela. Quédate un poco más y forma parte de nuestra Historia.
